domingo, noviembre 25, 2012

INSISTENCIAS

Como la cola de algunos lagartos, las alas vuelven a crecerle cada vez que se las cortan. Por lo general, logra ocultar bien la regeneración los dos o tres primeros meses de desarrollo. Después, no hay campera ni sobretodo que las oculte. Y ni hablar si es en verano. Entonces vuelven a someterlo a la ablación. A pesar del sufrimiento repetido, lo consuela el saber que recuperará lo que le quitan, una y otra vez, con tanto encarnizamiento. Pero le preocupa que, ante tanta insistencia de vuelo, los verdugos se harten de repetir la rutinaria mutilación, y decidan darle un corte definitivo a toda su historia.

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