martes, febrero 17, 2009

Rex Nemorensis

Es el custodio del árbol sagrado, sacerdote y rey a un tiempo. Pero luego de tanto insomnio y tanta vigilia, el arma se vuelve cada vez más pesada, y sospecha detrás de cada sombra la de quien, matándolo, lo sucederá. Entonces descubre que añora sus tiempos de pastor, de esclavo fugitivo incluso. En verdad, cuando mató al soberano anterior solo cambió una esclavitud por otra. Y sin embargo, no puede abrir el puño para dejar caer la espada, el poder que representa, la muerte que incuba. Ya no es su dueño, ahora ella lo posee. Tarde o temprano ha de abandonarlo, como todo lo demás, entregándolo a la última soledad. Lo sabe. Pero sigue ahí, noche tras noche, esperando al que acabará con su incómodo reinado, el nuevo monarca que se hará cargo de la vigilia, el poder, la servidumbre, la pesadilla...

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