jueves, octubre 09, 2008

Cuestión de tamaño

Nunca los debí recoger... Si yo jamás he dudado de que en toda leyenda hay un fondo de verdad! ¡Pero los vi tan chiquitos y simpáticos! Me dejé llevar... Claro que después de salir del Pasteur, mandé a los otros seis de vuelta a la mina, por las dudas. ¡A llorarle a Blancanieves! No dejo de pensar en la suerte que tuve de que la cosa no pasara a mayores. Porque, cuando salió la luna y el séptimo enano se transformó en hombre lobo... ¡era del tamaño de un pequinés!

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